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Una orden absurda

“Tira las redes al otro lado” fue la frase que escuchó Simón –un experimentado pescador– de la boca de un hombre que aparentaba ser común y corriente, y que parecía no tener idea alguna sobre cómo pescar. Esa orden era absurda (entiéndase absurda como ilógica), pues Simón había estado pescando sin éxito toda la noche. No obstante, en este escenario había algo que marcaba la diferencia: aquella orden salía de la boca de Jesús, el mismo al cual los mares y tormentas obedecen.


¿Te has enfrentado alguna vez a una orden de Dios que te parece absurda porque va en contra de todo lo que conoces y consideras seguro? Dios tiene formas muy particulares de fortalecer nuestra fe y nuestra dependencia de Él, una de ellas, es llevándonos a tomar decisiones que desafían nuestro intelecto, la forma como vemos el mundo y la manera como percibimos nuestra propia vida. Cuando Dios ha planeado fortalecer nuestra fe por medio de un cambio en el curso de nuestra vida, no nos da detalles del porqué procede de una u otra forma, y es entonces cuando versículos como “Hay cosas que no entiendes hoy, pero las entenderás mañana” (Juan 13:17), se convierten en un respiro para nuestra alma abatida y ansiosa. Cuando Dios nos da una orden, lo hace para regalarnos “El fin que esperamos” (Jeremías 29:11) y su “Voluntad buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2); no sé tú, pero yo me he dado cuenta que cuando Dios cambia mi ruta lo hace porque ese es el camino más seguro (no necesariamente el más fácil) para mí. La misericordia y el amor de Dios son inmensurables, están lejos de nuestra comprensión, razón por la cual nuestra obediencia no debe estar basada en el hecho de que entendamos el porqué, sino en la convicción de que Dios siempre sabe lo que hace y que su amor es el lugar más seguro de todo el universo.


Cuando Dios nos lleva a tomar una decisión que no solo desafía nuestro interior (costumbres, carácter, temperamento, etc.), sino también nuestro ambiente exterior (familia, amigos, etc.), nos deja sin orillas de las cuales prendernos, siendo la confianza y la fe en que Él sabe lo que hace, la única garantía que tenemos de que todo saldrá bien. Habrá personas que no estarán de acuerdo con tu decisión y esto puede llevarte a dudar, ya que los seres humanos somos adictos a la aprobación de los demás; pero lo cierto es que tu fe y la convicción de haber buscado a Dios en lo secreto serán tu única garantía. “Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” Jeremías 33:3, es una de las promesas más maravillosas de las Escrituras, pues traza un punto de partida importante para decidir: si eres consciente de tus momentos de intimidad con Dios y además has recibido consejería de parte de tu líder espiritual, sabrás que aquella decisión guiada por Él es la correcta.


Dios te quiere sacar de la cotidianidad, quiere darte regalos sorprendentes, con un costo equivalente a tu obediencia y a que sigas órdenes que no entiendes (al menos no por el momento). No debes centrarte en preguntar el porqué, ni tampoco es obligación de Dios explicarte sus razones porque Él es Soberano y te conoce mejor que nadie, su amor y misericordia no se racionalizan. El Apóstol Pablo dice que el amor de Dios es difícil de comprender, y nos llama a experimentarlo a través de los procesos que vivimos (Efesios 3:18-19), ¿Podrías contender con tu creador y aconsejarle cómo actuar, con el fin de asegurar que tienes el control? ¡Jamás!


Finalmente, aquel pescador experimentado siguió aquella absurda orden y tuvo la que sería la pesca más grande de toda su vida; como si fuera poco, recibió la revelación del que sería su propósito en la tierra: ser pescador de hombres. Quizá, justo en este momento, te estás perdiendo de una gran bonanza en tu vida y de la revelación de un propósito mayor, pues sigues divagando y contendiendo con tu Creador respecto a alguna orden que te causará dolor, soledad o rechazo; sin embargo, déjame decirte que, aunque puedas evitar estas sensaciones y no obedezcas, a la vuelta de un tiempo volverás al mismo punto y tendrás que ponerte de rodillas ante Dios y obedecer, pues Él nunca deja a nadie a medias.


¿Anhelas la voluntad de Dios buena, agradable y perfecta? Debes saber que en muchas ocasiones ésta viene envuelta en rechazo, soledad o críticas; sin embargo, también debes saber que, al seguirla sin reproche alguno, tendrás la seguridad de que la ruta que Jesús te ha pedido tomar, te llevará a conquistar lo imposible, eso que solo por Gracia se recibe, cosas grandes y ocultas que nadie ha conocido; mejor aún, te llevará a descubrir el propósito grande que tiene Él para tu vida. Simón se convirtió en Pedro (que significa piedra, lo cual denota firmeza), caminó con el Maestro 3 años; ese mismo hombre impetuoso, salvaje e imprudente, se convirtió en el instrumento de salvación para los judíos y fue un pilar fundamental para la Iglesia del Señor. ¿Qué habría pasado si Simón no hubiera obedecido? No lo sabemos, quizá Jesús habría levantado a otra persona, pero Simón se habría perdido de ver los milagros de Dios en su vida, ¿No te gustaría poder dejar huella en tu familia o en una generación completa? Vamos, ¡Obedece! ¿Qué esperas para obedecer y permitir que se desaten regalos y llamados maravillosos para tu vida?


Isabel Ocampo Quiceno




 
 
 

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