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Un aparente desorden

Actualizado: 5 abr 2020

Todos en la vida tenemos sueños, hay anhelos en nuestro corazón que queremos se conviertan en realidad, una nueva casa, una familia restaurada, una pareja, un viaje o un cambio de vida. Como seres humanos tenemos una vista muy corta, razón por la cual no alcanzamos a ver todo el panorama y peor aun, no alcanzamos a ver en las profundidades de nuestro corazón si estamos listos o no para recibir lo que anhelamos, perdemos de vista que la idea no es solamente tener un sueño, sino estar listos para recibirlo. ¿Te ha sucedido que cuando pides algo nuevo a Dios, se desordena todo a tu alrededor, todo cambia y terminas por no comprender nada? Una de las cosas más grandes que he aprendido en mi caminar con Dios es que cuando vemos las circunstancias negativas desde el punto de vista divino, todo cambia.


La Biblia dice que en el principio todo estaba desordenado y vacío (Génesis 1), sin embargo el Espíritu Santo de Dios se seguía moviendo y esto me enseñó que en el aparente desorden de mi vida, Dios se sigue moviendo con libertad, Él es Soberano y nada lo toma por sorpresa. En la creación Dios se tomó el tiempo de poner cada cosa en su lugar, separó la noche del día y las aguas de la tierra y después de un tiempo, "Se dio cuenta que todo lo que había hecho era bueno". El aparente desorden de nuestra vida no es otra cosa más que una intervención divina, cuando pedimos algo por lo general no estamos listos para recibirlo y es necesario que Dios empiece a reordenar y no según como nosotros pensamos que deba ser, sino según Él sabe porque es Dios quien tiene el panorama completo y sabe cuánto nos costará tener lo que queremos tener. Por ejemplo si tienes un hijo de 8 años y te pide el carro prestado, ¿Se lo prestarías? ¡Claro que no! y esto se debe a que él no está listo para recibirlo, es más ni siquiera alcanza los pedales. Cuando pedimos algo grande a Dios somos como ese niño, que necesita ser preparado y para lograr esto, Dios debe empezar por darnos el carácter que necesitamos, y esto solamente se logra a través de las pruebas, a través de un reordenamiento de nuestras prioridades, Él remueve gente de tu vida, permite que te saquen del trabajo o te pone a depender de Él diariamente a través del maná del cielo.


En tiempos de prueba no desesperes, aprovecha para aprender y para preguntarle a Dios ¿Qué necesito aprender? ¿Qué me hace falta para poder soportar lo nuevo que viene más adelante? Somos como un terreno que primero debe ser limpiado de las malezas, excavado y alineado con el fin de construir una bella casa. Lo nuevo está en camino y el "desorden" de tu vida, hace parte solamente de un re-ordenamiento divino, no mires las circunstancias, mira lo grande de tu Dios.


Isabel Cristina Ocampo Quiceno

instagram @loque.aprendi



 
 
 

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