Este fin de semana en muchas partes del mundo se celebró el día de San Valentín, una fecha importante para celebrar algo muy valioso para el ser humano: el amor. Esta fecha me inquietó a encontrar un significado que me llenara realmente y que sobretodo después me condujera de manera tajante a hacerme esta pregunta ¿Amo realmente? Según la RAE el amor es un "sentimiento intenso", esto implica que un día puedo sentir amar y otro día no, ¿Sería justo que un día amara y otro no?, la verdad no creo que alguien merezca "un amor" así, además es un significado que sugiere más incertidumbre que felicidad. Otra palabra que hemos escuchado que está asociada al amor es "decisión", y esta palabra más que de un mero sentimiento (por más intenso que sea), nos habla de acción, de poner de nuestro lado y de ser menos egoístas, porque la mayoría de nuestras mejores decisiones se basan más que en sentimientos, en convicciones.
Indagando un poco, llegué a una Palabra que se encuentra en la Biblia en 1 Juan 4:7-21 (te sugiero que lo visites), Palabra que habla sobre el amor de Dios. Partamos del hecho de que Dios es amor (ojo, no siente amor, Él en toda su esencia ES amor), siendo Jesús la muestra más grande de Su amor genuino. Esta porción Bíblica nos enseña que Dios entregó a Su Hijo (algo que le costó demasiado) y lo hizo para perdonarnos y darnos vida eterna, lo cual nos lleva a pensar que el amor es dos cosas importantes, entrega y propósito. Esto cambia un poco las cosas porque lo que esto sugiere es que si no entregamos, realmente no estamos amando y aquí viene lo que se refiere al amor como una decisión, porque generalmente cuando amamos entregamos cosas que nos cuestan, tiempo, paciencia, escuchar al otro, perdón, empatía etc, cuando amamos morimos un poco a nosotros mismos para que el otro viva y esto fue lo que Jesús hizo. En otras palabras un amor que no es sacrificial (y no hablo de sufrimiento sino de entregar al otro un poco de mi), no es amor, solo un amor que entrega vive para siempre.
Aprendí de Jesús que el amor es una decisión, porque Él tuvo en Sus manos el poder para morir por mí o no. Cuando amamos, tenemos en nuestras manos el poder de decidir si lo damos todo o no. Esto va más allá de un sentir porque los sentimientos varían, el amor que nos enseña Dios permanece, no importa las circunstancias. Es por esta razón que Dios no puede amarte más o menos de lo que te ama, Él ya entregó lo que más le costaba y no hay sacrificio más grande, si decimos que Él te deja de amar porque pecaste, se invalidaría el sacrifico de Jesús, y si dijéramos que te ama más por las buenas obras que haces, también diríamos que el sacrificio de Jesús no fue suficiente. El amor de Dios permanece para siempre y es esta clase de amor que debemos tomar como referencia para amar a quienes nos rodean y entregarles lo mejor de nosotros. Te invito a que te preguntes si realmente estas amando a los tuyos como se debe.
Te dejo el link de la porción Bíblica
Isabel Cristina Ocampo Quiceno
instagram @loque.aprendi
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