Aquel a quien mi alma desea ha tocado mi puerta y como Caballero de armadura reluciente, ha peleado por mi corazón. Mis ojos físicos no pueden percibir la batalla que se libra a mi alrededor por este torpe corazón, pero mis ojos espirituales y mi alma perciben que mi Caballero, ha degollado serpientes y dragones por mi. Cuando Él me arrinconó en el desierto, no entendía, los espinos me hacían daño porque mi primera respuesta cuando me cercó, fue salir corriendo a buscar los amantes que en épocas de oscuridad, mi alma había deseado. Ahora entiendo que Él me cercaba con espinos porque necesitaba que yo estuviera quieta mientras peleaba por mí. ¿De qué tamaño habrá sido la batalla que Aquel Caballero de reluciente armadura libró por mí? No lo sé, solo sé que un día mientras yo lloraba y mi alma era presa de la ansiedad, me cercó, y salió corriendo a pelear por mí, los espinos permitían que me quedara quieta en ese lugar mientras Él salió a guerrear por mi corazón. Por algún tiempo no percibí su presencia, por algún tiempo me sentí terriblemente sola, mi alma sedienta anhelaba un beso, pero lo que no sabía es que aquel beso que anhelaba, no era el beso de aquellos ídolos que antes había deseado mi alma, sino el beso de mi Amado, de Aquel que peleaba por mí.
Hoy estoy segura que era necesario que los espinos rodearan mi vida, porque de no ser así, habría salido corriendo de nuevo en busca de mis amantes, pero los espinos me detienen porque tengo temor de lastimarme. Amado de mi corazón, mi vida ha sido cercada por tu amor porque las rosas tienen espinos y ambos son necesarios. Conquistas mi corazón peleando la batalla por mí, atrayendo mi corazón hacia ti como un buen Caballero, traes a mis pies el botín de guerra, traes a mis pies los ídolos que salían de mi boca, los ídolos que me rodearon una vez y que quitaron de mi boca la alabanza que era para ti; tú me has dicho "Yo borraré los muchos nombres de Baal de tus labios y nunca más los mencionarás" (Oseas 2:17), me lo prometiste y has cumplido "Mi bella dama, hermosa princesa, a tus pies traigo el botín de guerra que ha sido peleado mientras estabas cercada por espinos, han sido quitados los ídolos de tu boca y es mi demostración del amor y el deseo de mi alma por tenerte. Traer un botín a los pies de una princesa, amerita que ella entregue su corazón al valiente Caballero que ha dispuesto su vida por ella".
Hermoso caballero de reluciente armadura, no logro comprender la envergadura de la batalla que por mi has librado, pero ver aquellos ídolos que acechaban mi alma rendidos a mis pies porque tú has vencido por mí, llena mi corazón de gozo y alegría. Mi alma rebosa en palabras de agradecimiento y amor para ti. Valoro eternamente tu armadura retorcida y sucia, tu cuerpo gastado, tus ojos cansados, tus manos laceradas y tu espada cubierta de sangre, a causa de la cruenta batalla que has librado. Tus ojos me llenan de amor y esperanza porque la batalla que por mi has librado me cura del miedo y la desesperanza. ¿Qué haré ahora con el botín de guerra? ¿Qué podría hacer una princesa con aquellas cabezas de ídolos que has dispuesto a sus pies? Tú eres mi Caballero de la libertad, tú me dejas escoger, sería absurdo si escogiera perderte de nuevo y revivir aquellos ídolos. Ven conmigo mi Amado Caballero, toma mi mano, caminemos juntos hacia el lugar de la esperanza y prendamos la hoguera, quememos aquellas cabezas y que el humo que se genere sea un recordatorio de aquellos nombres que se fueron y que borraste de mi boca.
Te amo, hermoso Caballero de armadura reluciente y retorcida.
Isabel Cristina Ocampo Quiceno
Instagram @loque.aprendi

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