Cuando nos aventuramos a amar quizá nunca nos imaginamos las implicaciones que podría tener nuestro pasado. El amor es una de las decisiones más importantes del ser humano, razón por la cual no es un tema que se deba tomar a la ligera, es un tema que definitivamente requiere todo nuestro cuidado. Una relación madura va más allá de los besos y las caricias o incluso de los tiempos de calidad que podamos pasar con esa persona, los detalles son bellos, pero siempre el regalo más maravilloso que podremos darle a alguien, será portar un corazón limpio y que ha tomado la decisión responsable de sanar las heridas que causó o le causaron en el pasado.
Nuestro pasado es un factor que puede afectar todas las relaciones que tenemos, ya que el bien o el daño que nos han hecho moldea nuestras actitudes y emociones, que finalmente condicionan nuestras decisiones y nuestra manera de reaccionar frente a los desafíos que dicha relación nos presenta. Por ejemplo, el hecho de que una persona haya sido abandonada por alguno de sus progenitores, podría desarrollar en ella una huella de abandono y como consecuencia, un miedo terrible a ser abandonada de nuevo en futuras relaciones, por lo que es posible que con el tiempo desarrolle dependencia emocional. Este es solo un ejemplo de muchos y aclaro, si bien no es una regla, lo he visto muy frecuentemente. Considero entonces, que el hecho de tener relaciones sanas en el futuro, es una razón suficiente para hacernos responsables de aquellas heridas de las cuales no nos hemos encargado.
Preguntas como ¿Cuáles son mis ancestros y qué tipo de relaciones han tenido?, ¿Cómo es mi relación con mis padres?, ¿Cómo es la relación entre mis padres? o ¿He podido perdonar el daño que mis parejas anteriores me hicieron o el que yo hice?, son algunas que deberíamos hacernos cuando tenemos una relación. Al pasado no volvemos para lamentarnos, volvemos para sanar y tener un mejor presente; en mi caminar personal aprendí que echarle un vistazo a mi pasado es el acto más responsable y la forma más madura de demostrarle amor a las personas a mi alrededor, ya que de no sanar las heridas seguiré sangrando sobre aquellas personas que no tienen la culpa (una frase maravillosa que leí por allí).
Hoy te reto a que te hagas responsable de tu pasado, de tus heridas, de los daños causados y te aventures en un viaje con Dios, además de lo más importante que es la lectura de la Biblia y una relación con Él, también te sugiero que aproveches herramientas como la psicología, en lo personal ha sido un arma indispensable para mi en la lucha contra el daño que recibí en el pasado. Este será un viaje maravilloso porque será sanador, lograrás entender tus antepasados, lograrás entender por qué tienes la familia que tienes y por qué tienes muchas de las actitudes que tienes y que realmente no quisieras tener; muchas veces nos comportamos de maneras que no entendemos y solo lo haremos el día que viajemos a nuestro pasado y miremos al interior de nuestro corazón. Recuerda, el mejor regalo que puedes darle a una persona, es responsabilizarte de las heridas del pasado y sanarlas.
Isabel Cristina Ocampo Quiceno
instagram @loque.aprendi

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